Vielha, 2 de octubre de 2017.- El sindic d’Aran, Carlos Barrera, agradeció hoy en rueda de prensa el civismo compartido ayer 1 de octubre tanto para las personas que acudieron a votar como por la actuación de los agentes del cuerpo de Mossos d’Esquadra.

Para el sindic d’Aran la postura del gobierno español sigue enrocada y la justifica sólo con dos palabras que son legalidad y Constitución, y ya ha llegado el momento de sustituirlas por la voluntad política de la negociación.

Barrera manifestó que el Conselh Generau d’Aran está junto a las instituciones catalanas, dando apoyo a las personas que resultaron heridas ayer y sus familiares que están sufriendo esta situación.

Desgraciadamente, las imágenes que se han vivido perdurarán en nuestra mente, pero debemos ser capaces de superarlas con la convivencia y la confianza de que hay muchos ciudadanos en todo el estado que entienden la reivindicación catalana.

En cuanto a la participación, Barrera, explicó que no era fácil ir a votar con un clima tan enrarecido y represivo que, a buen seguro que si la votación se hubiera desarrollado en circunstancias normales la participación hubiera sido más elevada. Todo esto demuestra que hay una realidad en la sociedad aranesa que tiene ganas de expresarse, que está cambiando y que hay que escuchar. Para Barrera, tanto el PP como UA-PSC y C’s en el Valle de Aran deben tomar nota de la realidad social y pensar en plural, ya que esta es la Val d’Aran de presente y de futuro y bienvenida sea.

Otra cuestión que analizar a partir del día de ayer es la usurpación que algunos partidos políticos en el Valle de Aran han hecho del pensamiento político de muchos araneses. Un alcalde o un cargo electo militante de un partido político no se puede apoderar ni representar el pensamiento político de los vecinos del pueblo o de sus votantes. No tienen nada que ver en el caso del Valle de Aran los resultados de las elecciones locales con el planteamiento de la votación del 1 de octubre.

Para Carlos Barrera, la Unión Europea no debe ser únicamente un marco económico y de políticas comunes y sobre todo de una economía global, también debe ser el garante de la democracia y de la convivencia en el seno de cada uno de sus estados miembros. Las imágenes que el mundo ha visto de la represión del estado español ante la reivindicación del pueblo catalán dicen bien poco de su calidad democrática. Europa tendrá que reflexionar sobre esta asignatura pendiente para no correr el riesgo de sufrir taquicardias como las que por suerte se han superado con los resultados de las últimas elecciones en Francia y Alemania.